domingo, 13 de junio de 2010

LA PROMO DEL SAN NORBERTO




Fotos: Ely Yipmantín



Mi madre me decía cuando era adolescente, que la vida era un sueño y que la juventud era tan efímera como el amor y que pasaba sin que siquiera te dieras cuenta, por supuesto, entender aquellas palabras a los quince años de edad resulta absolutamente imposible; luego de treinta y cinco años, la cosas han cambiado y las palabras de mi madre, que hoy mora en otras latitudes, tienen ese extraño encanto de los atardeceres otoñales de Lima, cuando el sol le roba un poco de alegría al cielo "panza de burro" de nuestra ciudad capital.

El sábado que pasó me regresó a mi pasado juvenil y escolar del que me autoexilié, debo reconocerlo, por ingratitud, porque creo que uno no debe mirar hacia atrás y tampoco tiene que obligarse a hacer lo que no hizo, en fin.

La mañana empezó muy juvenil y lozana, luego de dictar mis clases en la Facultad de Derecho de la Universidad Villarreal, en la que rodeado de jóvenes estudiantes, exiges la responsabilidad que muchas veces desdeñaste a esa edad y te ries de ti mismo, con la anuencia y complicidad de tus alumnos, en fin, el día estaba destinado a ser jóven, a dejar de lado las ataduras de la formalidad y a reencontrarme con ese grupo de chicos y chicas que fueron por algún tiempo mis compañeros de clase en el glorioso Colegio San Norberto, si, aquellos que me recibieron con mucho cariño cuando llegué el año 1974 a cursar el cuarto de secundaria,luego de recorrer por algunos años el mundo, mi pequeño mundo gitano al que aposté toda mi fortuna de soñador desde que tuve uso de razón.

Me tocó compartir parte de tan linda velada con la graciosísima y guapa Sam Siu Mei, palomilla hasta la carcajada espontánea, inteligente hasta el extremo de la ironía mas aguda, quien me dejó para la reflexión la idea de que hemos cambiado muy poco, a pesar de nuestros kilos demás, de algunos cabellos de menos y por supuesto de unas canas que marcan nuestros otoños, bueno eso en cuanto a los chicos; en cuantro a las chicas, las hembritas de la clase, ellas estaban regias y glamorosas, el tiempo las ha hecho más hermosas, debe ser porque cuando estudiábamos juntos, hace treinta y cinco años eran unas princesas, ahora son unas reynas, eso las hace más interesantes y enigmáticas.
Hacía mucho que no me reunía con un grupo donde encontré tanta ternura junta, que bueno dije, debe ser porque el verse de vez en cuando o sea luego de algunos lustros de dolor y desengaños, te hace feliz por un momento. Dice el poeta: "nunca vuelvas con la mujer que amaste, ni al barrio en el que fuiste feliz", es cierto, pero desobedeciendo al poeta, ese sábado regresé a mi San Norberto querido, el que una mañana de diciembre de 1975 me vió partir con destino a la vida, con mi mochila llena de ilusiones y mis bolsillos repletos de direcciones y teléfonos a los que nunca llamé, es que a los amigos se les lleva en el alma y yo los he llevado siempre allí, además los bohemios y gitanos, tenemos miedo de molestar los gratos recuerdos, es sólo eso.

Compartí un rato al lado de Lucho Yábar, uno de mis grandes amigos y recordábamos nuestro sueños de entonces, el siempre quiso ser médico, yo no puede ser sociólogo, un día la vida, la suerte, la titiritera, dando volantines me llevó a la Universidad de San Marcos, donde luego de me titulé de abogado, en fin, recordábamos que cuando estábamos en cuarto de secundaria Estados Unidos abandonó la invasión a Vietnam, Fidel por aquel entonces tenía solamente quince años gobernando en Cuba, que la muerte de Salvador Allende en Chile causaba repudio e indignación y que ya no estábamos juntos cuando cayó el muro de Berlín.

Con Patty Escajadillo, nos pusimos a cantar a capella, los valses que interpretaba en las actuaciones del Colegio, cuando integrábamos el trío San Norberto y éramos presentados por el buen Pepe Barreto, quien era el maestro de ceremonias, con la primerísima guitarra de Carlitos Abanto, mi segunda guitarra compañera de siempre y la aterciopelada voz de Patty, que lindo cantaba; recuerdo, una mañana estábamos calentando para una presentación e interpretaba, "Yo Soy", vals de moda por aquel entonces del compositor Pepe Escajadillo. Lucy Benites que pasaba por allí, al escucharla se puso a llorar, es que Patty cantaba con el alma; no sé si el buen Carlos Abanto algún día se le ocurra volver por estos lares, para juntarnos un rato y grabar en un estudio musical lo que cantábamos, o derrepente le mando la pista y él de allá graba la primera guitarra y los arreglos, ya veremos, dejemos que el tiempo también haga las canciones que hace mas de tres décadas hicimos juntos.

El baile fué un tonazo, Berthita Noriega, le enseño a todo el mundo como se baila la salsa de verdad, las chicas de estos tiempos han perdido ritmo, debe ser que el internet te quita sensualidad para la danza y te dá por el contrario pasos tan forzados y poco naturales que te convierte en un muñeco que renuncia al compás por las formas que hay que guardar, Dios tuvo piedad de mi, gracias a él no he hecho un esguince o lesión alguna, guau que manera de bailar.

A mi amiga Ana María Valenzuela los años no le han hecho absolutamente nada, Giovanna, Gabi Martinez y Charito no han perdido el respetable encanto que siempre tuvieron, Roxy siempre una niña amiga de eternas conversas, Gladys Romani guapa hasta el encanto y a Lilianita Montoya "La Pollita", siempre este afecto bohemio y sincero, si se me olvidan nombres, estén seguras que no sus bellezas, es el incipiente alzheimer que debe estar rondando por mi libertad.
Mis afectos a Carlitos Castillo mi "pata" de travesuras siempre, a Kike Toledo recordando la tarde que los de Tercero nos golearon 7 a 2 y yo de arquero me comí todos los goles, lo bueno es que el fútbol y la vida dan revanchas y las que tenía que cobrar hoy me interesan nada; con mi dinero pago el pan que me alimenta, la ropa que me viste, la mansión que habito y el lecho donde yago ... dice Machado, debemos cantarlo más seguido Ely y gracias por los cigarros de toda la vida, las escapadas del Cole y tu amistad a prueba de balas.

Desde lejos mi abrazo a la legión extranjera a Carlos Abanto, Pochito, Américo Candela, Gonzalito Del Castillo y "Toy", el "chino" César Chang, debo estar por esa en un par de meses, allì la seguimos, si los Dioses lo permiten.

Al "pollo" Fuentes y Hugo Huaranga, ya estaremos juntos en otras latitudes para tomarnos unas "chelas", uno nunca sabe, por eso, siempre he vivido la vida, pensando que hoy tengo que ser feliz, la del sábado fué tan brava que hasta ahora me dura.
Para terminar, me voy con unos versos de Machado, que me enseñara el profe Flores: "Ni un seductor mañara, ni un bradomín he sido, más seguí la flecha que me signó cupido y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario".

Los dejo chicos gracias por su amistad, que los Apus cuiden siempre de ustedes y sus familias.

Zarapastro