sábado, 4 de junio de 2011

PERÚ, RETRATO DE UN PAÍS MUY INDECENTE

Si algo ha conmovido esta cura de silencio obligatoria, es la capacidad que tenemos los achorilandinos para hacernos a los locos, olvidar sin olvidar y echarle la culpa al vecino de todas nuestras desgracias; estas elecciones han servido para mostrarnos de manera patética y en 3D todas nuestras fobias, defectos, frustraciones, dudas, aberraciones y la inocultable ingenuidad de los que por cualquier motivo apoyamos alguna causa justa para nuestros intereses e injusta para los intereses de los que menos tienen.


Este país donde la pobreza extrema tiene dos connotaciones que nadie ha advertido, porque si bien las macrocifras señalan que hay menos pobres, no existen estadísticas con relación a la extrema pobreza moral de los habitantes de esta tierra con una gran historia sin pasado y un gran futuro gastronómico antropófago.


Tan grande será nuestra orfandad de espíritu, que inmediatamente a los cinco minutos de conocerse a través de los medios de prensa que el país había decidido por mandato de la mitad de su población electoral que las elecciones a la presidencia de nuestra república se iban a decidir entre los candidatos de Gana Perú y Fuerza 2011, entre algunos disparates escuché por ejemplo a una desentonada y ahora casi inexistente Marisol Pérez Tello, increíblemente profesora de Derechos Humanos, decir que su voto sería por la gordita naranja, para preservar lo que se había logrado en los últimos diez años, a la misma vez un sorprendido y siempre genuflexo Alberto Beingolea tartamudeaba estrenando nuevas estupideces ante un Javier Diez Canseco, que en el debate hacía trizas de tan improvisada presa, que en proporción parecía una mueca de lucha por un minuto más de existencia entre un pericote y un halcón que le ha dado caza sin mucho esfuerzo, pero sí con la ferocidad del salvaje reino de la política animal que nos gobierna.


Durante todo este tiempo de silencio, he escuchado con la pasividad de un monje tibetano bajo los efectos de una ingesta enorme de cocaína, a muchos peruanos decir que por culpa de una mitad de ignorantes, miserables y pobres diablos, están otra vez en la encrucijada de escoger por el "mal menor", hecho que se ha convertido en un aspecto absolutamente folklórico como los veranos en Asia y los juramentos cotidianos de respetar la democracia, no liberar ladrones y no cambiar la Constitución del 93, sí, ese aberrante texto jurídico que fué parido por la misma loba que traerá al mundo al hijo del maligno, que es la dictadura más corrupta de nuestra historia, liderada por un japonés de nacimiento y el doctor Montesinos, tan negados por la derecha como Pedro negó tres veces a su maestro.


Lo que me llama la atención de los peruanos, es esa candidez de prostituta de estreno que todos tenemos en este burdel de lo absurdo, es que soplar la pluma, echarle la culpa al prójimo es definitivamente la maravilla del mundo moderno que supera a Macchu Picchu. Cuanto nos cuesta reconocer que Keiko es tan peruana como la corrupción y Ollanta tan peruano como el olluco, son nuestros hermanos, parte de nuestra familia, los hijos de nuestro abuelo con apellido español o italiano, habidos en la lavandera de la casa, el hermano vago que escondemos, la hija que halagamos en nuestras cenas en los restaurantes gourmet de Miraflores, pero que ha sido embarazada por un fumón marginal que nos ha dado un nieto que adoramos y que alegra nuestras aburridas vidas llenas de formas sociales absurdas y decadentes, que nos roban la poca felicidad que nos queda luego de pagar las cuentas de las tarjetas de crédito, con las que compramos ropa de marca para mandar bien vestiditos a nuestros hijos a la prestigiada Universidad donde estudian, sí ellos se educan gracias al stress que sólo podemos curar con pastillas para dormir, que lo único que hacen es matarnos los sueños de libertad que ya no podremos alcanzar, porque tenemos que cuidar lo logrado y evitar que nos quiten lo que ya el capitalismo nos ha quitado, con hipotecas sobre nuestros bienes y prendas sobre nuestros carros.


Somos muy graciosos los peruanos, ocultamos lo que todo el mundo sabe; escondemos la familiaridad con nuestro tío el loquito esquizofrénico que vaga calato por las calles, no queremos saber nada cuando nos enteramos que alguno de nuestros hijos salió del closet o bien se encuentra internado en un centro de rehabilitación para drogadictos, o lo botaron de la Cato porque triqueó al hilo, de la misma forma, tenemos una hermana pobre a la que no visitamos, nos negamos a escuchar la hermoza muliza que nuestros abuelos o padres cantaban, porque ya no somos serranos, ahora vivimos en la ciudad fashion de Achoridópolis. Por eso Keiko y Ollanta nos descarnan, nos dividen, nos desnudan, nos hacen pelear, quitarnos el habla, insultarnos por el face; gracias a Dios también hacen que me dé cuenta que mi iglesia la católica ha caído en manos de la gentuza del Opus Dei, liderada en el país por ese matón con sotana que es Cipriani, que ahora apunta contra la comunidad universitaria de la Católica, porque esa universidad particular con presencia arraigada en nuestra escaza intelectualidad se niega a caer en manos de tan repugnante personaje, al propósito mis queridos y respetados chupacirios (es cómo les decían a los de la Católica en el San Marcos de mi vieja por los años cincuenta), cuenten con todas las fuerzas progresistas de la Universidad Mayor, alli estaremos los nuevos y los viejos sanmarquinos apoyando su lucha inclaudicable por la autonomía y todo el espacio ganado por ustedes, que es mucho más de lo que creen algunos arribistas que mandaron a estudiar a sus hijos a ese prestigiado centro de estudios, porque así tendrían mejores oportunidades de chamba, nada de eso, la Cato ahora es mucho más, mis felicitaciones y ojalá las universidades particulares de este país copien su ejemplo y se le parezcan en algo siquiera; por supuesto que no me refiero a la Universidad de Piura.


Creo que Keiko estas últimas semanas ha pisado el palito y eso hoy día le pasará la factura, debió manejar de otra manera el tema de Vargas Llosa, el traer a Hernado de Soto a buscar la confrontación con el escribidor, tan sólo a unos meses de ser laureado con el Nobel de Literatura ha sido un suicidio, como lo ha sido poner al tetelemeque de Torres Caro, tránsfuga barato de meretriz conciencia atacando a Ollanta, intentando la franela que ya no le funciona y el servilismo que le sirve de nada, igual lo de PPK de recogebolas en los partidos de tenis de la Sra. Fujimori (aunque no creo que la gorda haga algún deporte) es patético y lo de Mechita Araoz graciosísimo, se fué del APRA por el granuja de Del Castillo, pero apareció avalando a la gorda, sin pedir siquiera que esa batería seria devuelva los seis mil millones de dólares que se birlaron de la venta de las empresas estatales, al respecto, no les pudo salir mejor, un eventual gobierno de la naranja chorimecánica, convertirá en irrecuperables para siempre ese dinero que a los peruanos les ha costado tanto dolor, desempleo y miseria.


En cuanto a los partidos políticos "tradicionales" hay poco que decir, saludar a los apristas honestos como mi amigo Fernando Arias que votarán por la dignidad, felictar a Vitocho y su people de Acción Popular que pasó la valla electoral, cuenta con más representantes que el APRA y que dando muestras de los que es y debe ser un partido político le ha dicho a su militancia por quien se debe votar, lo del PPC cada elección es más patético y lo seguirá siendo mientras no piensen en gente tan valiosa y de lujo como el profesor Oswaldo Medina por quien guardo el más profundo de los respetos.


Me llama la atención lo de Rosa María Palacios que inicialmente parecía, estando en lo suyo, ser PPKeika infiltrada, sin embargo la última semana lo puso feo a Saravá y salió elogiando un libro escrito sobre Ollanta Humala, cosas de locos, cosas de achorilandia.

Más tarde iré a votar por Ollanta porque hace mucho pero mucho tiempo soy de izquierda y no me averguenzo, ni me escondo, cierto día el mejor de mi amigos, con quien más tarde me debo tomar unas chelitas luego del cierre de la votación, me dijo "que sólo Dios y los imbéciles no cambian", bueno entonces soy un imbécil, además, por el contrario yo creo que el hombre esta involucionando, está cada día más troglodita, más inculto, más traidor, egoísta y el sólo luchar por no involucionar es toda una hazaña, que no creo haber alcanzado, en fin.


Buen domingo hipócrita lector, estoy de regreso en el blog , por ahora me retiro citando a uno de mis demonios predilectos como lo es Friedrich Nietsche. "ante nosotros mismos todos finjimos ser más simples de lo que somos: así descansamos de nuestros semejantes".


Zarapastro.