jueves, 29 de diciembre de 2011

NAVIDAD, NAVIDAD, TRAMPA NAVIDAD

Bueno, mientras espero y supervigilo el horneado del lechón que la familia y los amigos me han encargado cocinar para el tono de año nuevo, en el que nuevamente repetiremos el absurdo discurso de desearnos lo mejor para cada uno en este almanaque que se viene sin piedad, en este mundo de locos al que mi viejita me trajo sin consultarme, y en el que bailaré sin poder evitar al Grupo Yaipén y los Hermanos Cinco o como se llamen; es que desde la primera vez que los escuché su música me aterró, y aunque en el tono, el DJ se apiadará de mi como a las cuatro de la mañana cuando el bostezo haya ganado a varios de los asistentes a la juerga, y recién me ponga por algo de piedad a Héctor Lavoe, el Gran Combo, Tito Puente, Cheo Feliciano o la Sonora Matancera. Si pués, es el consuelo que se les dá a los que que sufrimos de sordera testicular, es que la cumbia norteña y sus variopintos intérpretes y ejecutantes, realmente me llega a las angarípolas.
Aunque el asunto toma ribetes de desgracia cuando me veo obligado por esas circunstancias del destino a bailar eso que le dicen cumbia norteña con la más fea del tono, porque si el quinguagésimo vaso de cuba libre me ha llevado a la ebriedad de ver simpática a cualquier cosa que tenga faldas, el sólo escuchar la susodicha música me quita la más feroz borrachera, me vuelva tán lucido que hasta vuelvo a ver fea a quien es fea, asi sean  las cinco de la madrugada y todas las chicas bonitas ya se han retirado del tono.
Por ahora, mientras empiezo a preparar la cena del año nuevo, debo resignar mis desilusiones a gente que pasa estas fiestas navideñas, mucho peor que yo cuando bailo con los Yaipén....... si, porque los tramposos la pasan de espanto.
El sólo recordar que algunas veces he recorrido los caudalosos ríos de la Trampa Navidad, siento las náuseas y convulsiones que te generan los tiempos soterrados de la infidelidad por deporte, del doble cachete, de la querida, de la amante, de la trampa, es decir, de la mentira verdadera, esa que no la cree ni la firme y por supuesto ni la falsa.
Es que en achorilandia, muchos de nosotros nos creemos aspirantes eternos al reino de la pendejada barata, porque el ser jugador, te dá un estatus de supermacho que a nadie le interesa y que lo único que hace es meterte en un trompo del cual nunca se sale bien librado, por el contrario, terminas entre algunas cosas con la billetera hecha trizas y viviendo sólo en un cuartito con muy pocos muebles, peor que Ligia Elena, la cándida chica de la sociedad a decir de Rubencito Blades,
Navidad, Navidad, Trampa Navidad, en este valle de lágrimas, podemos hacer tomos de mentiras que nadie cree, y venderlas en las librerías, con el título: "Aprenda a ser pendejo en diez días", la primera edición ya debe haberse agotado, teniendo entre sus asiduos lectores a Omar Chehade, Lourdes Flores, Alberto Tontolea, Pacheco (me refiero al Presidente de la U), Arrué el último DT del Alianza, en fin, tantos gilazos.
Es que muchos  nos creemos muy vivos; nos gusta la hembrita de nuestro pata, la compañera del salón de clases que está de novia, la vecina que es casada, le pedimos a nuestros conocidos "consígueme una secretaria chibola, ya sabes .......para todo terreno" y atrasamos sin piedad; ese es nuestro deporte nacional, no necesitaríamos jugar eliminatorias, en el Perú pasaríamos a disputar directamente la final del Campeonato Mundial de la Trampería.
Eso de partirse en dos es muy gracioso, llegamos dos horas después de la Navidad o el Año Nuevo a nuestra casa con los barajos más tontos que se puedan escuchar, "pucha disculpa, se me malogró el carro, me quedé votado, gracias a Dios despues de un hora un taxista me auxiló", "estoy harto de este trabajo, no es posible que mi Gerente me ordene cerrar la contabilidad hasta las doce", "disculpa amor, estoy con orden de inamobilidad", "estuve con un cliente que se encontraba detenido y como estamos en fiestas el Juez de Turno no se encontraba, que bueno que le dieron libertad, justo una hora después de las doce", "estoy de servicio", "sino entregaba este informe hoy día, perdía el trabajo", "sabes que a pesar de las fiestas, ese es el profesor más pesado de la maestría e igual tengo que mandarle el trabajo por internet"; lo extraño del asunto es que esas estupideces no las cree nadie, pero las seguimos fabricando y consumiendo año tras año. La contraparte, es decir lo que se le dice a la trampa, es menos creativa y más usada: "sabes que lo hago por los niños, ellos no tienen la culpa de tener como mamá a esa loca que los trata tan mal".

Debo reconocerlo soy un ex tramposo, por ahora condenado a la cadena perpetua de la estupidez, aunque dicen que el lobo sólo cambia el pelo nunca las mañas, en fin, eso se lo dejo a mi conciencia, que estimo se volverá a encontrar conmigo, ojalá un día no muy lejano, aunque el 2012, lo dudo.
Cristina K está con cáncer, Chejade ha sido elegido como el imbécil del año, a Susana le siguen pegando con fierro, Ollanta es más radical que PPK, el Poder Judicial anda de vuelta y media, la U tiene una deuda impagable, el Muni no juega hasta marzo, Conga no tiene solución, Doe Run nos metió el dedo a todos, España está más pobre que fumón de centro de rehabilitación en los Barracones, en la Unión Europea celebran el año nuevo brindando por la "unión que los separa" (a decir de mi gran amigo Iván Abanto); pero nada, nada de eso importa, el tramposo sólo tiene que inventar la mentira del día para sobrevivir como sea a su propia debacle moral, económica y por supuesto familiar, en la que el daño que se genere a los niños será irreparable.
Asi estamos en Achorilandia.
Varón cuida a tu cuerito, y tu mujer cuida a tu hombre, que acá quien no corre, vuela.
Tú hipócrita lectora, no pienses en mí, porque sabes que yo también pienso en tí; sé que me lees y tu sabes que eres mi musa.
Para terminar, "Feliz 2012 batería", gracias por leerme, que tengan un venturoso año sobre todo los que han dejado el puñal en la espalda de sus amigos: si, hablo de los amigos que tracionaron, de aquellos "tontos" que les dieron cobijo, les prestaron un billete, les mataron el hambre, les consiguieron chamba, les presentaron a su novia, los que estuvieron en las malas siempre y a los que no les fuimos leales nunca.  Como dice mi compadre el gran Fersito (Fernando Rentería para sus fanáticos), que es el único ser humano en esta tierra con el que nos soportamos quince años ininterrumpidos, porque tiene la curiosa cualidad de ser poeta contador de historias cotidianas y de convivir con la tolerancia a prueba de balas y cañones: "que sería del pañuelo sin el moco".