domingo, 11 de julio de 2010

LA MANO DE UN PECADOR VERSUS LA MANO DE DIOS


Que pena, acabó el mundial de fútbol, lo extrañaré, sobre todo cuando tenía que verlo en casa, lo digo por la horas en las que no había porque pelear por el más insignificante de los motivos, es que los partidos, algunos de veras interesantes, acendraban ese autismo sentimental que sólo los largos años de inconvivencia te pueden dar; a veces me he preguntado si el fútbol tenía algo que ver con el matrimonio, la respuesta ha sido contundente: el fútbol por la televisión es el termómetro que te indica la gelidez de una larga relación forzada por los sentimientos de culpa, que hacen que algunas parejas todavía soporten verse vestidos de aburrimiento todas las mañanas al despertar. Creo imposible, que si tuvieras entre tus brazos a la mujer que amas, siquiera puedas prestarle cinco minutos a tu atención para ver e hinchar por tu querido Muni (mi equipo hasta la muerte, el campeón de campeones en mi corazón, franja roja que llevo tatuada en el alma), así de cruel es la realidad de los "domingos de fútbol, metido en casa", como lo dice el buen José Luis Perales, no nos engañemos.

He llegado ha advertir inclusive, que para este mundial existía propaganda televisiva que invitaba a las esposas a dedicarse a las compras, mientras sus parejas se entrenían viendo la justa furbolera mundial por ese aparato a colores, último modelo, que ahora cuesta un montón de dinero, y viene plano como el trasero de la Cabanillas, a colores como la inmoralidad de Kuori, inmenso como la barriga de Alan García y capaz de tragarte de un sólo bocado como la fealdad de Lourdes..

Aún así, estuvo entretenido Sudáfrica 2010 por lo que hizo Uruguay, claro, lo que sucede es que como soy hincha a muerte del Echa Muni, siempre tiro para los equipos chicos y realmente los celestes representaron a todos los proletarios futboleros de este mundo; miren que desde la banca Washinton Tabarez demostró que para ganar tienes que ser consciente de tus debilidades, más que de tus fortalezas, Luisito Suárez que costaba la décima parte de lo que cuesta Jefferson "Alce Tonto" Farfán, nos enseño lo que es estar concentrado por tu país y tu dignidad hasta el último segundo y que más vale la "mano de un pecador", que la "mano de Dios" que se llenó de soberbia y Alemania lo llenó de goles y le metió una paliza que a los albicelestes les debe haber dolido más que la muerte de Gardel y la invasión inglesa a las Malvinas. Recuerdo los comentarios preliminares de los periodistas argentinos, cuando España no andaba tan bien en la primera ronda y decían, que los rojos eran el Barcelona, pero sin Messi, a esos "boludos", Vicente del Bosque, entrenador español les demostró que hablan más estupideces que Keiko en campaña electoral y que Beingolea, Peredo y Fleishman juntos. Lo de "Cachabacha" Forlán, sencillamente maravilloso, por la forma cómo aprendió a pegarle a la jabulani, la entrega que tuvo y esa capacidad de jugar de enganche y de delantero en cualquier zona del ataque, el mejor del mundial, lejos; otro afecto para el "loco" Sabastián Abreu, ese si es un "señor conchudo"; aprende Dunga, ¿nunca te zampaste a un quino en tu rioba?, ¿no tienes "cayetano"?: "palomilla de ojo mágico", no te tomes tan en en serio el fútbol, es sólo un juego, como el amor....., sino pregúntale a Celsito que hasta ahora me tiene pendiente media res en el Queirolo, o a Huguito Núñez a quien le debo un cebichito en el Heidy, allí me explicará, en la segunda Cristal helada (me refiero a la cerveza, no a los hinchas de ese equipo), porque el Diego no le consultó al narigón Bilardo cómo debe pararse una defensa y que hacer para mandar en viaje espacial sin retorno a Plutón, al cojo de Otamendi, el jugador más malo de todos los mundiales, que gracias a Dios, el gran Borocotó, periodista verdadero, no registró en sus crónicas, porque sino se vuelve a morir, esta vez de amargura, porque ese parrillero es un insulto al fútbol, como lo eres tú Manuel Burga que en plena fiebre mundialista, aprovechando el pánico, contratas al dinosaurio de Markharián un entrenador de la década pasada, si Tim se deja, lo resucitas y lo contratas: "traferazo".

Un recuerdo para los "pechos fríos" de Cristiano Ronaldo y Kaká, lo mejor de Brasil y Portugal, claro, si no sabes remontar la adversidad, simplemente te queda modelar la ropa deportiva, que coincidentemente lleva los colores del país que representas, para ellos casi nada, sólo una anécdota.
Como bien lo puntualizaron un sábado de bohemia en la casa de Jorge Figueroa y Anita Macalupú (ubicado en nuestro querido barrio bajopontino), los filósofos de la calle, mi compadre Calichi Loyola, Orlando Soto, "el Curro" Lizón, "el vasco" Elcolobarrutia y Carlitos Riera; los alemanes como siempre innovadores nos han enseñado que en estos tiempos el resultado es lo que importa y han nacionalizado dos polacos, un brasilero, un turco, entre otros y si algún judío jugará bien al fútbol, no tendrían ningún problema en darle pasaporte teutón a los paisanos de Jesucristo, Judas, Carlitos Marx, Freud y Spilberg; ya me imagino el próximo mundial en Brasil a la barra de Alemania gritando a todo pulmón un gol de su equipo anotado por un judío futuro goleador en el Bayer o en el Hamburgo, en fin.
No te olvides San Siu Mei que mi elegido fué Uruguay, casi la chunto, creo que para mejorar mis pronósticos esta vez tengo que bailar más en los tonos del San Norberto.
Los dejo, hipócritas lectores iguales a mí, refirmando mi tesis, luego de este mundial, que el fútbol, el deporte rey, es la mayor muestra que el amor no es eterno, y que sólo le roba algunos minutos a nuestras vidas, porque los estadios llenos y los millones de televidentes, representan que la gran mayoría de los seres humanos que moran en este valle de lágrimas, no estan en los brazos de sus parejas amadas, haciendo goles en otra cancha y sudando la camiseta de una piel unida a otra piel llena de pasión.

Zarapastro.

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