viernes, 20 de agosto de 2010

AMOR LLENO DE TRAGOS

La noche andaba de luna llena y el lobo estepario que habita en mi, se preparaba para la caza; la tenida de juerga sabatina no podía dejar nada para la improvisación, casaca de cuero a lo rebelde sin causa (bueno la que usa mi hijo, cuando sale de plan), medias de payaso tipo Sabina, una Bananna Republic de camisa obsequiada por una dama de la nada y un vaquero Tommy que renunciaba a los sueños guerrilleros del Che y para terminar mis contradicciones existenciales una caricia de permufe Eternity de Calvin Klein, lo que me daba el toque perfecto de caviar militante del movimiento de Susana Villarán (que ahora recibe serenatas de charros y canciones desafinadas de Julio Andrade) , ese soy yo: intelectual de cafetín y revolucionario de Chivas Regal, aunque a esta alturas del partido a los cincuenta lo único que a veces importa es una piel dulce de veinte años, que vale mucho más que una revolución de pesadillas y fracasos democráticos. Por supuesto la billetera tiene que tener algunas tarjetas de descrédito, en algún blosillo de la casaca un par de condones (que van a sobrar) y en el otro bolsillo unas pastillas de sildenafilo, para no quedar tan mal cuando al frente tengas que responder por la última de tus infidelidades y de tus mentiras (eso siempre te juras).
La reunión no tenía nada de original, sabatina como cualquier fiesta de urbe fantasmal, llena de seres humanos en este mundo de perros callejeros tras una hembra en celo.
Lo que me llamó la atención de aquella fiesta cualquiera, fueron un par de piernas moldeadas por Dios para castigar al más infeliz de los pecadores, además mis ojos tuvieron al frente unos senos que eran montañas prohibidas e inaccesibles para el propio lucifer, aunque inicialmente me tocó bailar una salsa durísima de Héctor Lovoe con una morena hermosa de unos veinticinco años, cuya piel de ébano fué tallada centímetro a centímetro por el duende de lo prohibido, y bailó pegada a mí hasta la eternidad ....."todo tiene su final, nada dura para siempre......", dialéctica y metafísica juntas como el eros y el thanatos y así trasncurría la fiesta en la que no pude controlar el exceso de la libido, mis ojos miraron cueros en busca de la felicidad que no existe y de la existencia que no es felicidad, y por ende la ingesta del licor terminó en la madrugada de manera tan horrible y exagerada como la canción de Virulo, bueno, él lo dice todo.... allí va.

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